El lunes 25 de agosto la comunidad de Arroyo Leyes se encontró con una sorpresa poco grata: personal de la Secretaría de Transporte de la Provincia retiró la terminal autoservicio de la tarjeta SUBE que funcionaba en el edificio comunal. Lo hicieron con el argumento de que, una vez recibidas nuevas terminales desde la ciudad de Buenos Aires, la volverían a instalar. Se debe destacar que esta problemática no puede ser atribuida a las autoridades comunales, que dependen de la respuesta provincial para dar una solución real a este problema planteado.
Mientras tanto, la única terminal disponible en toda la localidad quedó ubicada en el Área Social de la Comuna, en el edificio anexo. Allí, los vecinos pueden realizar validaciones de recargas, consultar el saldo disponible y reconocer los beneficios de la tarifa social en sus distintas modalidades.
La pregunta que hoy surge con preocupación es inevitable: ¿se cumplirá en un tiempo razonable la promesa de la Secretaría de Transporte, o será este un nuevo acto de discriminación hacia los habitantes de Arroyo Leyes, quienes ya padecen innumerables dificultades por la falta de servicios que en otras localidades son dados por sentados?
Los inconvenientes que provoca esta situación son claros: menos accesibilidad para personas mayores, más traslados innecesarios, demoras y hasta el riesgo de perder beneficios en los viajes por no contar con terminales suficientes. Y debe subrayarse que esta problemática no puede ser atribuida a las autoridades comunales.
Desde la Comuna ya adelantaron que harán un seguimiento para que se cumpla la palabra empeñada por la Secretaría de Transporte. Sin embargo, la incertidumbre sigue flotando entre los vecinos: ¿volverán a instalarse las terminales prometidas en diferentes puntos de Arroyo Leyes o deberán acostumbrarse, una vez más, a quedar relegados en materia de servicios básicos que dependen de la Provincia?