La situación financiera del municipio de San Javier vuelve a encender señales de alerta y confirma un escenario que este medio viene advirtiendo desde hace mucho tiempo: la ciudad atraviesa una profunda crisis económica y social que ya no puede disimularse. Se supo que en las últimas horas el Municipio recibió una suma importante de dinero para poder pagar sueldos al personal municipal.
En las últimas horas se conoció que la intendenta Maribel González recibió un aporte económico de $250 millones destinado a garantizar el funcionamiento del municipio en el actual contexto económico y financiero. Según se informó oficialmente, la mayor parte de esos fondos será utilizada para el pago de haberes del personal municipal, además de atender necesidades vinculadas a la infraestructura urbana y a la prestación de servicios públicos básicos.
Más allá del alivio momentáneo que representa este desembolso, el dato resulta preocupante en sí mismo. La necesidad de recurrir a un aporte extraordinario para cubrir gastos corrientes deja al descubierto la fragilidad de las cuentas municipales y la falta de margen financiero para sostener con recursos propios el funcionamiento cotidiano del Estado local.
CRISIS
Esta crisis no impacta únicamente en los servicios básicos que debe garantizar un municipio, como el mantenimiento urbano, la recolección de residuos o el alumbrado público. El deterioro económico se traslada de manera directa al entramado social de la ciudad, profundizando situaciones de vulnerabilidad que se reflejan en distintos ámbitos.
Uno de los más sensibles es la seguridad. En San Javier se observa desde hace tiempo un incremento de delitos predatorios, robos de baja y mediana escala, y un aumento de los conflictos interpersonales, hechos que suelen ser el emergente de contextos de crisis prolongadas, donde la falta de oportunidades y la precarización de la vida cotidiana empujan a sectores enteros de la comunidad a situaciones límite.
El acompañamiento económico recibido, con respaldo del gobierno provincial, permite ganar algo de previsibilidad en lo inmediato, pero no resuelve el problema de fondo. San Javier sigue atravesando una crisis estructural que afecta tanto al Estado municipal como a la vida diaria de sus vecinos, y cuya salida requerirá mucho más que aportes de emergencia para evitar que el deterioro social continúe profundizándose.
