Durante los dos fines de semana largos del mes de junio, uno de ellos fue el del Día de la Bandera, más de 2,1 millones de personas se movilizaron por distintos puntos del país, generando un gasto total estimado en 412.372 millones de pesos. Sin embargo, a pesar del volumen general, la actividad turística evidenció una caída con respecto a los años anteriores y dejó sensaciones mixtas en la provincia de Santa Fe.
En la Ciudad de Rosario, durante los festejos por el Día de la Bandera, se registró un buen movimiento de turistas, principalmente de cercanía, que aprovecharon las propuestas culturales, gastronómicas y la oferta de alojamientos urbanos. La ciudad logró sostener niveles aceptables de ocupación, en parte gracias a eventos organizados durante los feriados y a su conectividad con centros urbanos cercanos.
Distinta fue la situación en otras regiones de la provincia, en particular en la zona de la Costa Santafesina, donde el movimiento turístico fue irregular. El sector de cabañas mostró una ocupación dispar: sólo aquellas que ofrecían servicios de alta calidad, tarifas más elevadas y promociones especiales trabajaron al 100% de su capacidad. En cambio, el resto del rubro registró niveles bajos de ocupación, lo que genera incertidumbre de cara a los próximos meses.
Desde el sector de alojamiento turístico en la costa, varios propietarios manifestaron su preocupación por el futuro inmediato y señalaron que la baja del poder adquisitivo de quienes tradicionalmente visitan esta región está impactando directamente en su actividad. “Nuestro público históricamente ha sido de clase media trabajadora, que hoy prioriza otros gastos y deja el turismo en segundo plano. Esto afecta no sólo a las cabañas, sino a toda la economía local”, afirmaron.
En Santa Fe, la expectativa del sector está puesta ahora en las vacaciones de invierno. Los operadores turísticos de la Costa Santafesina aguardan señales de recuperación, aunque no ocultan su escepticismo frente a un contexto económico adverso que golpea, una vez más, al turismo regional.
DATOS DE LA CAME
A nivel nacional, los datos aportados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reflejan una retracción en los viajes. Durante el feriado del 17 de junio por la conmemoración de la Inmortalidad de Güemes (trasladado al lunes 16), viajaron unas 721.000 personas, mientras que el viernes 20, por el Día de la Bandera, se movilizaron otras 1,4 millones. En total, 2.162.750 turistas se desplazaron por el país, una cifra inferior a la registrada en los dos años anteriores para la misma fecha.
En 2024, durante siete días de feriados, viajaron 2.592.000 personas, mientras que en 2023 lo hicieron 2.247.966 en sólo cuatro días. Este año, con seis días de feriados, no solo se movilizaron menos personas, sino que también el gasto fue menor. Según CAME, el gasto diario por persona fue de $82.900, incluyendo alojamiento, comidas, transporte, ocio y compras. La estadía media cayó de 2,9 a 2,2 noches, evidenciando un turista más cauteloso que ajusta sus salidas en tiempo y gasto.
El gasto total, ajustado a precios reales, resultó un 27,9% menor que el del año pasado, y la cantidad de viajeros fue un 16,6% inferior. El informe de CAME interpreta estos datos como muestra de un cambio en el perfil del viajero, que mantiene cierta intención de moverse pero recorta especialmente en recreación, compras y duración de la estadía.
Pese a la caída general, se destaca el dinamismo del turismo de cercanía, que permitió sostener la actividad en algunos destinos con eventos o propuestas específicas. En lo que va del año 2025, ya se celebraron cinco fines de semana largos, con un movimiento total de 8,8 millones de turistas en el país, lo que generó un impacto económico cercano a los 2,1 billones de pesos.
