Este domingo 10 de agosto, la Plaza Principal de San José del Rincón debía ser un espacio de alegría. La Municipalidad había organizado actividades para celebrar el Mes de las Infancias: juegos, premios, música y un momento pensado para que las familias compartieran una tarde distinta. Sin embargo, lo que debía ser una fiesta terminó convertido en un triste espectáculo. Lo que comenzó como una discusión entre mujeres derivó en una gresca generalizada, a la que se sumaron hombres y adolescentes. Entre gritos, empujones y golpes, el clima se volvió hostil y vergonzoso, especialmente frente a la mirada de decenas de niños que solo habían ido a pasar un buen momento.
No se trata de un hecho aislado. San José del Rincón viene arrastrando desde hace años un grave problema de conflictividad social. La pobreza, la falta de oportunidades laborales y la ausencia de espacios de contención han creado un terreno fértil para que cualquier chispa encienda la violencia. Y lo más preocupante es que, más allá de discursos y promesas, no se ven acciones concretas para revertir esta realidad.
Ni la gestión actual ni las anteriores han desarrollado políticas sostenidas que generen trabajo o capaciten a la población para acceder a él. No hay planes consistentes para crear obras públicas que, además de mejorar la ciudad, sirvan como fuente de empleo y formación. Tampoco abundan los espacios culturales, deportivos o comunitarios que permitan canalizar la energía y las necesidades de los jóvenes.
La violencia y la conflictividad no se combaten solo con más policías o con sanciones. Se enfrentan con oportunidades, con educación, con inclusión y con un Estado presente que entienda que la paz social no se decreta: se construye todos los días.
Lo ocurrido en la plaza no es solo un episodio bochornoso. Es un llamado de atención para toda la comunidad y, sobre todo, para quienes tienen la responsabilidad de gobernar. Porque si no se actúa ahora, lo que se vio este domingo podría repetirse —y agravarse— en cualquier momento y en cualquier esquina de Rincón.