La tradicional travesía náutica organizada por el Club Náutico Azopardo volvió a reafirmarse este fin de semana como uno de los eventos deportivos y sociales más importantes de la Costa Santafesina. La actividad, que ya alcanzó su XXIV edición, unió Cayastá, Santa Rosa de Calchines y la ciudad de Santa Fe en un recorrido que superó las 16 horas de navegación y que una vez más convocó a participantes de varias provincias del país.
La propuesta, que nació en 1996 como una iniciativa pequeña entre un grupo reducido de amantes del río, se transformó con el tiempo en un verdadero clásico regional. Cada edición reúne a kayakistas de Formosa, Chaco, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, consolidándose como un motor de turismo y un atractivo que mueve a visitantes, familias y acompañantes a lo largo de toda la costa, con epicentro en Cayastá.

UNA EXPERIENCIA QUE COMBINA DEPORTE, NATURALEZA E HISTORIA
La travesía tiene un fuerte componente cultural: busca rememorar el trayecto histórico vinculado al traslado de la ciudad de Santa Fe, impulsado por Juan de Garay, por lo que su realización se mantiene cada año cercana al 15 de noviembre. Esta impronta histórica convive con el desafío físico y el disfrute del paisaje costero, que acompaña todo el recorrido.
Los participantes completaron dos etapas de ocho horas cada una: la primera desde Cayastá hasta Santa Rosa de Calchines, y la segunda hasta la capital provincial. El itinerario incluyó el río San Javier, el arroyo Santa Rosa, cursos internos y sectores de la Laguna Setúbal, ofreciendo un marco natural característico de la región.
UN EVENTO QUE IMPULSA EL TURISMO
Además de su relevancia deportiva y cultural, la travesía se convirtió en un atractivo turístico que posiciona a la Costa Santafesina y principalmente, a la localidad de Cayastá, como destino de actividades náuticas y recreativas. La llegada de visitantes de distintos puntos del país genera movimiento en hoteles, comercios, paradores y servicios locales, fortaleciendo la economía regional y ampliando la oferta recreativa en torno al río.

UNA TRADICIÓN QUE CRECE
A lo largo de los años, la actividad se consolidó como una de las travesías en kayak más convocantes del litoral argentino. La organización, a cargo del Club Náutico Azopardo, planifica el recorrido, coordina la seguridad y acompaña a los navegantes en cada tramo, lo que permite que la travesía mantenga su esencia: deporte, camaradería y conexión con la historia y el entorno natural.

