El norte santafesino, y en particular la ciudad de Reconquista, vuelve a quedar en el centro de la preocupación social por la gravedad y la persistencia de los casos de suicidio que afectan a personas de distintas edades. La inquietud ya no se limita al ámbito sanitario: cruza a familias, escuelas, clubes, organizaciones comunitarias y a toda la trama social de una región que, desde hace tiempo, convive con un problema profundo y doloroso. El problema del suicidio ya no puede abordarse solo desde la salud, porque también toca de lleno la realidad económica, social y emocional de una región que pide respuestas integrales.
En este contexto, el Gobierno de la Provincia de Santa Fe avanza en la conformación de mesas intersectoriales territoriales para fortalecer las estrategias de prevención. Se realizó en Reconquista la segunda mesa de trabajo provincial —la primera había sido en Venado Tuerto— con el objetivo de articular acciones locales que permitan una detección temprana y una respuesta comunitaria frente a una problemática que atraviesa a niños, adolescentes, adultos y adultos mayores.
La reunión fue convocada por el Ministerio de Salud, a través de la Subsecretaría de Salud Mental, en el marco del Plan Provincial de Salud Mental 2022-2028 y del Programa para el Abordaje del Suicidio, creado mediante la resolución ministerial 2063/2025. El intendente de Reconquista, Enrique Vallejos, agradeció el acompañamiento provincial y pidió “trabajar juntos, codo a codo, para sostener a quienes necesitan superar dificultades”.
PREGUNTAS SIN RESPUESTAS
Sin embargo, la pregunta que sobrevuela en Reconquista es inevitable: ¿Alcanza este plan para resolver una problemática que muchos describen como más compleja, más social y más estructural? En la ciudad abundan reflexiones que señalan otras causas más profundas: la falta de oportunidades para los jóvenes, el desempleo persistente, la incertidumbre respecto al futuro y la expansión de las adicciones que golpean especialmente a los sectores más vulnerables.
El secretario de Gestión y Fortalecimiento Institucional, Gonzalo Chiesa, reconoció que ninguna herramienta funciona de manera aislada. “Se trata de un problema complejo en el que todos los actores sociales deben estar involucrados. No alcanza solo con los profesionales. Necesitamos diagnósticos y estrategias nacidas desde el propio territorio”, explicó. Además, insistió en que escuelas, clubes, iglesias y organizaciones sociales deben involucrarse, porque “sin corresponsabilidad no vamos a lograr buenos resultados”.
Desde el Ministerio también se insiste en la capacitación y en la necesidad de derribar mitos. Durante años, hablar del suicidio fue un tabú y eso limitó la prevención. “Construir un lenguaje común entre instituciones es clave para poder ayudar”, señaló Chiesa, destacando además el rol de los medios de comunicación en la sensibilización y la información responsable.
Del encuentro, también participaron autoridades provinciales, referentes de centros de salud, hospitales, SAMCos, legisladores y representantes de los departamentos General Obligado, Vera y San Javier.
