Esta semana comenzará el traslado de internos alojados en comisarías de los Departamentos Garay y San Javier hacia la Unidad Penitenciaria N.º 10 de Santa Felicia, en el Departamento Vera, donde se habilitarán los pabellones N.º 8 y N.º 9. La medida, impulsada por el gobierno provincial, busca descomprimir las comisarías y reforzar la seguridad, pero ha generado fuertes quejas por parte de los familiares de los detenidos.
Con una inversión de $1.441 millones, los pabellones representan un avance en la reorganización del sistema penitenciario santafesino. La secretaria de Asuntos Penales, Lucía Masneri, aseguró que el objetivo es “Evitar que haya presos en comisarías, que son espacios de alta vulnerabilidad tanto en seguridad como en condiciones penitenciarias”. Además, subrayó que los efectivos policiales deben estar patrullando, no custodiando detenidos.
La nueva infraestructura permitirá albergar a 199 internos provenientes de las unidades regionales de Garay, San Javier, General Obligado, 9 de Julio, San Cristóbal, San Justo y Vera, aumentando a 622 las plazas totales de esta unidad penitenciaria. La inauguración oficial será este miércoles 28 a las 10 horas, con un acto en el penal.
El plan de traslado iniciará con 42 internos, como parte de una primera etapa de cuatro fases. El secretario de Obras Públicas, Marcelo Pascualón, destacó las características técnicas del complejo, incluyendo nuevos sistemas de vigilancia, eficiencia energética, y sectores especiales para ofensores sexuales.
Familias en Alerta: “Nos alejan de nuestros seres queridos”
Pese al anuncio oficial, la medida ha encendido la preocupación en las comunidades del norte provincial. Familiares de los presos alojados actualmente en comisarías de Garay y San Javier manifestaron su descontento ante el traslado a Santa Felicia, una localidad mucho más alejada y de difícil acceso para la mayoría.
“Somos gente humilde. No tenemos cómo costear los viajes para ver a nuestros hijos, hermanos o parejas”, expresó una vecina de Helvecia, cuyo hijo se encuentra detenido en la comisaría local. “Los van a encerrar en un lugar que para nosotros es casi inaccesible. Esto no es solo un traslado, es una desconexión total con sus afectos”, agregó.
Organizaciones sociales también advirtieron que la medida, si bien mejora las condiciones de detención, profundiza el aislamiento de los presos, vulnerando indirectamente su derecho al contacto familiar y a la contención emocional.
