La industria textil argentina atraviesa un momento crítico. La caída del consumo interno y, sobre todo, la política de apertura de importaciones impulsada por el gobierno nacional de Javier Milei, tienen en vilo a las fábricas del norte santafesino. En Reconquista, las tres plantas que procesan algodón —Algodonera Avellaneda, Algodonera Reconquista y la Cooperativa Algodonera Santa Fe— enfrentan graves problemas económicos. La consecuencia directa son suspensiones, despidos y hasta reducciones salariales que en algunos casos llegan al 30%.
El caso más resonante es el de Algodonera Avellaneda, la empresa pidió concurso preventivo de acreedores a fines del año pasado y desde diciembre de 2024 el trámite está en manos del juez Civil y Comercial de Reconquista, Fabián Lorenzini, el mismo que intervino en el proceso de Vicentin.
El futuro de la fábrica es incierto. La gran preocupación está puesta en el impacto social, ya que podrían perder su empleo alrededor de 180 trabajadores. El viernes pasado se confirmaron 20 despidos, la mayoría de empleados con más de 15 años de antigüedad. La empresa apeló al artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que le permite pagar solo la mitad de la indemnización.
PANORAMA DESOLADOR
La situación dentro de la planta refleja la crisis: apenas funcionan unas pocas máquinas y la producción está casi paralizada. Según relató el secretario general del Sindicato de Textiles de Reconquista, Juan Carlos Bandeo, los trabajadores solo cobraron el 70% de la última quincena, con el compromiso de completar el pago días después.
Bandeo calificó de “muy complicada y difícil” la realidad que atraviesan las textiles y advirtió que si el gobierno no revisa la apertura de importaciones, “muchos trabajadores quedarán en la calle”. El sindicato ya convocó a una asamblea para definir medidas, y este lunes habrá una audiencia en el Ministerio de Trabajo con la empresa, los delegados y las autoridades laborales. Mientras tanto, la incertidumbre sigue creciendo en Reconquista y la región.