Para miles de santafesinos, hablar de la “Casa Propia” no es simplemente referirse a un techo y cuatro paredes. Es pensar en un lugar donde criar a los hijos, compartir la mesa, guardar recuerdos y proyectar un futuro. Ese anhelo, tantas veces postergado, empezó a hacerse posible para cada vez más familias gracias a los Créditos Nido, una herramienta impulsada por el Gobierno de la Provincia de Santa Fe, a través del Ministerio de Obras Públicas y el Banco Municipal de Rosario. una de esas felices historias se concretó en la localidad de Santa Rosa de Calchines.
En su primer año, Nido lleva invertidos más de 18.000 millones de pesos en créditos que permitieron a 4.000 familias de los 19 departamentos construir, adquirir o terminar su hogar. “Son los créditos hipotecarios con la tasa más baja del país y casi tres santafesinos por día hábil encuentran una solución habitacional gracias a esta herramienta”, señaló el ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico.
Detrás de las cifras hay historias que conmueven. Como la de Oscar Luque y María Cristina Figueroa, vecinos de Santa Rosa de Calchines, que a sus 64 y 63 años lograron algo que parecía ya imposible: tener su casa propia, “Era un sueño de toda la vida, pero por distintas circunstancias nunca se lograba”, recuerda Oscar. “Un viernes me llama mi hija y me dice ‘saliste sorteado’. No lo podía creer. Le dije ‘estoy soñando’, pero era verdad. Sentí una emoción muy grande”.
Cristina, con una sonrisa que no disimula su orgullo, agrega: “Los Nido son excelentes; ojalá sigan por mucho tiempo y que más personas los disfruten. Es una alegría inmensa saber que ahora tenemos un hogar nuestro”.
CRÉDITOS NIDO
Desde el Ministerio de Obras Públicas destacan que Nido no solo es un programa financiero, sino una política pública que transforma vidas y fortalece comunidades. “Nos llena de satisfacción que una política pública de calidad permita a los santafesinos cumplir el sueño de la casa propia”, dijo el secretario de Hábitat y Vivienda, Lucas Crivelli.
En Santa Rosa de Calchines, la historia de Oscar y Cristina ya es parte de la memoria colectiva. Una prueba de que, cuando hay políticas pensadas para la gente, los sueños dejan de ser promesas y se convierten en llaves que abren la puerta de un nuevo hogar.