En el año 2016 la diputada provincial Alicia Gutiérrez presentaba nuevamente en la Legislatura provincial una iniciativa para prohibir el funcionamiento de cotos de caza y el desarrollo del turismo cinegético.
No era la primera vez ya que la legisladora había presentado un proyecto igual en agosto de 2014, pero al no obtener tratamiento perdió estado parlamentario, el mismo había sido elaborado en conjunto con la ONG Capibara NDS de Santa Fe. En esa ocasión se estimaba que había 15 cotos de caza en la provincia, muchos de ellos en la costa santafesina y en el norte, y uno solo con autorización provincial, en la actualidad no se sabe a ciencia cierta cuantos funcionan.
Desde la provincia aclaran que un coto de caza es un lugar cercado con límites visibles para actividades vinculadas a la caza y a la pesca, en general se refiere a animales que fueron criados para ser cazados. Las empresas de turismo cinegético se registran en la Secretaría de Turismo de la provincia, allí presentan una declaración jurada sobre los campos o lugares donde van a desarrollar la actividad y el Ministerio de la Producción es el encargado de controlar que se cumpla la norma. La caza no está prohibida en la provincia lo que se determina son temporadas y las especies que se pueden cazar.
Pero el lado más oscuro de estos cotos de caza, es que sirven en muchos casos como una excusa para un negocio aberrante, el turismo sexual o lo que es peor la explotación sexual infantil, la diputada Gutiérrez decía en esa oportunidad que “Las comunas y municipios se enojan cuando planteamos esto, porque lo plantean como una necesidad de la población para subsistir” y agregaba que “Hay presidentes comunales que naturalizan estos hechos (explotación sexual) diciendo que son una fuente de recursos que tienen las familias para poder subsistir”.
Lo cierto es que estas iniciativas legislativas perdieron estado parlamentario y nunca se trataron, la pregunta es si esta realidad cambió, sigue igual o se profundizó.
