En la ciudad costera de San José del Rincón, un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) lleva adelante un proyecto innovador para reducir los anegamientos que afectan especialmente a los barrios más vulnerables. ¿La clave? Usar vegetación nativa como aliada natural para retener el agua de lluvia. Este enfoque responde al espíritu de los proyectos CAI+D Orientados de la UNL, que buscan vincular la producción de conocimiento científico con su uso social, fomentar la interdisciplinariedad y aportar soluciones concretas a problemas reales de la región.
El proyecto, que se encuentra en su etapa final, se desarrolla en conjunto con la vecinal Rincón Norte y está dirigido por la docente e investigadora Virginia Venturini. Se trata de una iniciativa financiada por la UNL a través del programa CAI+D Orientado, que promueve investigaciones aplicadas a resolver problemas sociales y productivos de la región.
¿POR QUÉ SE INUNDA RINCÓN?
El paisaje santafesino está compuesto por una extensa llanura atravesada por ríos, lo que lo hace propenso a sufrir anegamientos tanto por crecidas como por lluvias intensas. Esta situación se agrava con el cambio climático y con el avance de los desarrollos urbanos, que muchas veces elevan el nivel del terreno y eliminan la vegetación natural, especialmente en zonas costeras como Rincón.
SOLUCIONES BASADAS EN LA NATURALEZA
Ante este escenario, el equipo de la FICH propone una estrategia diferente: aprovechar la capacidad natural de las plantas y árboles autóctonos para absorber y evaporar el agua, mejorar el paisaje y contribuir a la limpieza del agua de lluvia.
“La forestación con especies nativas ayuda a disminuir el escurrimiento superficial del agua y mejora su calidad. Las raíces de los árboles, por ejemplo, cumplen un rol clave en mantener los niveles de las napas freáticas, a través de la evapotranspiración”, explicó Venturini.
El proyecto contempla la creación de áreas experimentales en zonas anegables del barrio Rincón Norte, donde se midieron los efectos positivos del uso de vegetación sobre la retención de agua. Además, se trabajó en la comunicación con los vecinos sobre los riesgos de anegamiento, los beneficios de este tipo de intervenciones y la importancia de una gestión conjunta entre la comunidad y las autoridades.
CIENCIA CON COMPROMISO SOCIAL
El proyecto comenzó en 2021 y fue diseñado como una experiencia piloto para demostrar que las soluciones basadas en la naturaleza son posibles también en barrios suburbanos, donde las calles no están pavimentadas y el suelo es mayormente arenoso. A lo largo de su desarrollo, se buscó fortalecer el trabajo conjunto con los vecinos, generando conciencia ambiental y promoviendo un modelo de co-gestión comunitaria.