Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner son el nuevo presidente y la nueva vicepresidenta de Argentina, a partir del 10 de diciembre, debido a la ventaja que alcanzaron en el comicio nacional de este domingo 27 de octubre, habiéndose escrutado provisoriamente el 96,23% de las mesas.
De esta manera, el Frente de Todos evita el ballotage que buscó de manera desesperada Mauricio Macri y logra reinstalar al Movimiento Nacional Justicialista, con el Frente de Todos en la Casa Rosada, luego de de 4 años de lo que mucho juzgan como el peor gobiernos de la nueva era democrática.
Macri y sus aliados perdieron su sueño de reelección y de perpetuar políticas neo liberales en el país, aunque logró acortar el margen de su derrota respecto de la amplia diferencia que tuvo en las PASO, lo que abre un interrogante respecto de la identidad política y económica del electorado argentino.
Con el 96.23% de avance del escrutinio, el resultado marca la siguiente proyección:
Frente de Todos: 48,03%
Juntos por el Cambio: 40,44%
Consenso Federal: 6,16%
Frente de Izquierda Unidad: 2,16%
Frente Nos: 1,71%
Unite: 1,47%
Es de destacar el bajo porcentaje de votos en blanco: 1,32%.
La brecha mostró un achique en la derrota de Macri debido a determinados distritos que cambiaron su evolución, como es el caso de Santa Fe donde Juntos por el Cambio revirtió las primarias y esta vez se impuso por 43,51 a 42,64 (0,87%). También en Entre Ríos se dio vuelta la elección: Juntos por el Cambio ganó 44,49 a 44,32 (0,17%).
En otros distritos, Cambiemos aumentó su ventaja sobre Frente de Todos. En Mendoza se impuso 50,58 a 37,51. En Córdoba también, acaso la provincia más amarilla de todas: 61,30 de Macri contra 29,27 de Fernández.
No obstante, todo eso no le alcanzó al presidente y acabó derrotado sin siquiera alcanzar la posibilidad de segunda vuelta. Sobre todo, porque en el principal distrito electoral del país, provincia de Buenos Aires, Fernández cosechó 52,05% de los votos, contra 36,02% de Macri.
