El 19 de diciembre del año 2017, Benito Sosa y Estela Ríos salieron a pescar en la localidad de Arroyo Leyes y nunca más se supo de ellos, simplemente DESAPARECIERON. Por este hecho se encuentra detenido Daniel Vasilovsky quien, de las distintas investigaciones realizadas por los Fiscales Omar De Pedro junto al fiscal de homicidios Andrés Marchi, resultaría ser el principal y único sospechoso de haber dado muerte y posterior desaparición de los cuerposal del matrimonio. El juicio oral y público comenzará el próximo martes 9 de marzo a las 8:30 en la Sala 6 de los tribunales santafesinos y tendrá la particularidad que será el primer proceso penal por un crimen que NO tiene cadáveres.
Benito Sosa (65) y Estela Ríos (52) desaparecieron el 19 de diciembre de 2017 cuando ambos salieron de pesca por la mañana. Desde ese entonces, su paradero es un enigma en la localidad de Arroyo Leyes y la región.
Por el hecho se inició una exhaustiva investigación de la Policía de Investigaciones y del fiscal Omar De Pedro, que realizaron una serie de rastrillajes y lograron localizar la lancha que utilizaba el matrimonio en inmediaciones del puente sobre el arroyo Potreros. La embarcación estaba flotando en el agua, dada vuelta, pero no había rastros ni de Ríos ni de Sosa pero sí elementos de los mismos.
Con el paso de los meses, las sospechas sobre quien pudo estar involucrado con la desaparición del matrimonio recayó en un solo nombre: Daniel Eduardo Vasiloski, el vecino del matrimonio, quien fue imputado por el Fiscal De Pedro por el delito de “HOMICIDIO EN CONCURSO REAL”.
El hombre de 40 años quedó involucrado en la causa luego de que los investigadores averiguaron que el imputado había recibido una llamada del matrimonio a las 8.21, que duró 82 segundos.
En tanto, la pesquisa estableció la hipótesis de que Sosa y Ríos se dirigieron en lancha hacia el rancho donde se encontraba el acusado y que cuando arribaron allí los atacó y les dio muerte. En este sentido, existen sospechas en torno a un machete y una motosierra encontrados en el rancho que tenían rastros de sangre humana.
En su momento, se sospechó además que el acusado, luego de asesinar al matrimonio quiso ocultar los elementos de los mismos. Por ese motivo, creen los investigadores, que en el rancho donde el imputado paraba se hallaron cañas de pescar de las víctimas.
En este contexto y luego y un sinfín de idas y vueltas en diciembre de 2020 el Juez Pablo Busaniche admitió formalmente la acusación contra Vasilovski y ordenó la apertura del juicio. Además de la evidencia material que aportará la Fiscalía, durante el juicio declararán 200 testigos (184 de la fiscalía y 14 de la contraparte).
Escalofriantes Testimonios
Entre estos testimonios figura la de una mujer que fuera pareja del acusado Daniel Vasiloski, quien declaró que a ella la amenazó con cortarla en pedacitos “como hice con el matrimonio desaparecido” y luego se refirió a las palabras de un militar retirado, a quien Vasilovsky conocía y le habría preguntado cómo hacían desaparecer a los cuerpos en la época de la dictadura militar: “Los abrís de cuello al vientre y los tiras al río, así no flotan”.
Otro testigo, en este caso un vecino del imputado, dijo que este le tenía “bronca” y que “iba a matar” a Sosa porque le había “sacado trabajos”, y que le había manifestado: “Yo si mato a alguno, o te mato a vos, no lo van a encontrar, yo lo hago muy bien”.
¿Cómo Terminará Esta Historia?
El final de esta macabra historia se sabrá cuando el martes 9 de marzo a las 8:30 en la Sala 6 de los tribunales santafesinos comience el Juicio Oral y Público, donde circularán 200 testigos.
La Fiscalía pide 25 años de prisión para Daniel Eduardo Vasiloski, pero la Defensa sostiene que al no haberse encontrado los cadáveres, “NO se puede acreditar que estén muertas” y que “A pesar del tiempo transcurrido ni siquiera se realizó la declaración presunta de muerte, por lo que un juicio con tal acusación no podía prosperar”.
A su vez el Juez Busaniche con todos los elementos e informaciones aportadas en el escrito de la Fiscalía entiende que “Conforman un plexo evidencial suficiente para dar sustento a verificar que la acusación penal presentada contra el imputado luce seria y ajustada a derecho” y que lo planteado por la Defensa “No puede impedir que eventualmente se pruebe en un juicio sus desapariciones y muertes” y además que “Supeditar la posibilidad de persecución penal a la falta de verificación directa de un resultado típico, implicaría premiar la actividad delictual que logre tal situación, fijando un estándar intolerable a un buen derecho”.
¿Será Justicia?
