El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, en el año 1971 en la ciudad de RAMSAR , a orillas del Mar Caspio, en Medio Oriente, un grupo de representantes de países discutieron sobre la relevancia de los ambientes acuáticos en el mundo, la importancia del agua y de los organismos que en ella viven. Este grupo de naciones coincidieron en establecer un Convenio, firmar un tratado y acordar en la necesidad de conservar y realizar un uso racional de los humedales, preservar los ambientes acuáticos y el agua. La lista de áreas comprometidas hoy sobrepasa los 2000 sitios.
En la Argentina, respecto a los humedales, se están viviendo situaciones conflictivas entre la sociedad y los sectores políticos y los responsables de la gestión de los recursos-. Por un lado, a principios de siglo la “Ley de Aguas”, de vital importancia supo establecer conceptos integrales; pero hoy día, por otro lado, resulta muy difícil acordar entre los legisladores y con la sociedad en su conjunto respecto a la redacción y convalidación de una LEY DE HUMEDALES. Nuestro país ha avanzado impulsando la creación, hasta hoy, de 23 sitios RAMSAR. En ellos hay compromisos público-privados respecto al uso sostenible y sustentable, asumiendo responsabilidades tanto de la ciudadanía como de los sectores gubernamentales científico-académico, respecto a cómo llevar adelante ese manejo integral.
La provincia de Santa Fe cuenta con tres sitios (Jaaukanigás – en la Costa Santafesina-, Humedales de la Laguna de Melincué y Delta del Paraná), con más de 700.000 hectáreas comprometidas internacionalmente para realizar un manejo sostenible y responsable. Esta valiosa superficie muestra un destino y un camino en el que aún falta mucho para recorrer.
Según el Dr. Pablo Collins, Director del INALI – CONICET, “Nos encontramos en un momento clave para entender qué es un humedal, y si bien se pueden encontrar diferentes definiciones, algunas más técnicas y otras con un tinte más político; en definitiva la definición siempre refiere a sitios con un elemento común denominador: el agua”.
Agrega “Hoy, luego de la extensa sequía que estamos atravesando, nos damos cuenta de su importancia para toda la sociedad. Ese elemento, el agua, permite que comunidades biológicas, especies de plantas, algas, animales invertebrados y vertebrados como aves y mamíferos se desarrollen y eleven la riqueza y diversidad de una zona de manera significativa. El agua se contrae o expande en el territorio de acuerdo con ciclos climáticos de variada intensidad y temporalidad y con conexiones inimaginables”.
Finalmente afirma que “En este tiempo, en el que estos sistemas se encuentran vulnerados y estresados, la sociedad juega un papel relevante para su conservación y mantenimiento en el tiempo. El cuidado, el uso de estos sistemas y las actividades económicas que el hombre realiza, deben estar encarados con la responsabilidad de un ciudadano que reconoce los beneficios de los humedales y las obligaciones que ello trae hacia las generaciones futuras”.