En un giro escalofriante, la tranquila Ciudad de Romang se ve envuelta en una espeluznante historia que ha dejado a la comunidad conmocionada. El domingo 4 de febrero, un pescador local alertó a las autoridades sobre el descubrimiento de huesos humanos en la zona conocida como “El Matadero” en el Barrio Obrero. Al continuar la búsqueda, por orden del Fiscal del MPA, se encontraron más huesos humanos.Todo hace presuponer que se trata de Juan Carlos Fernández, desaparecido hace 5 años.
El hallazgo se produjo cuando un vecino, mientras pescaba en la ribera, enganchó con sus utensilios de pesca lo que parecían ser huesos humanos. Rápidamente, se solicitó la presencia policial en el lugar. Los agentes que llegaron al sitio confirmaron el macabro descubrimiento: un hueso humano estaba enganchado con un cinto de cuero negro y un fragmento de tela desgarrada. El Fiscal de turno, Juan Sebastián Marichal, ordenó la intervención del Grupo Científico Forense de la Unidad Regional IX de Reconquista y la Policía de Investigaciones de Romang para llevar a cabo las investigaciones pertinentes.
HALLAN MÁS HUESOS
Con la autorización del Fiscal, personal policial de la Unidad Regional XIV, con colaboración de Bomberos Voluntarios, la Guardia Rural Los Pumas y buzos tácticos de Santa Fe, efectuaron una nueva búsqueda y rastrillaje en el lugar, donde se extrajeron, un cráneo sin maxilar, una tibia lado derecho, dos vértebras dorsales, y cuatro fragmentos de huesos presumiblemente pertenecientes a la base del cráneo.
LA DESAPARICIÓN DE JUAN CARLOS FERNÁNDEZ
Las investigaciones preliminares apuntan a que los restos óseos podrían pertenecer a Juan Carlos Fernández (conocido como “Tito Ares”), un humilde vecino de 56 años desaparecido el 16 de marzo de 2019. Según la información recabada, Fernández fue visto por última vez compartiendo una jornada de pesca con amigos en la isla frente al Camping Brisol de Romang.

Se revela que durante la excursión, los amigos de Fernández consumieron alimentos y bebidas de manera excesiva, quedando todos dormidos. Al despertarse, descubrieron que Juan Carlos Fernández había desaparecido sin dejar rastro. A pesar de intensas búsquedas con perros amaestrados, drones y buzos tácticos, nunca se encontraron indicios de su paradero.
IMPUTADOS EN LIBERTAD
Por la desaparición de Fernández hay dos individuos imputados pero que permanecen en libertad, sosteniendo su inocencia y negando cualquier participación en el caso. Las autoridades destacan que la falta de evidencia previa en las búsquedas intensivas añade un misterioso matiz a la situación.
PRÓXIMOS PASOS DE LA INVESTIGACIÓN
El Fiscal Alejandro Rodríguez, actualmente a cargo de la causa, ha explicado que el primer paso será confirmar la naturaleza de los restos óseos y, de ser humano, intentar obtener ADN para cotejarlo con familiares directos de Juan Carlos Fernández, quien dejó un hermano y dos hijas.
La incertidumbre persiste mientras la comunidad espera ansiosa para conocer la verdad detrás de estos huesos humanos y su conexión con la misteriosa desaparición que ha mantenido a Romang en vilo durante cinco largos años.