En el barrio El Once Sur de la Ciudad de San Javier, la Municipalidad denunció un hecho que, más allá de su tipificación legal, expone un problema social más profundo: la indiferencia hacia los bienes comunes. Personas aún no identificadas retiraron ripio —material esencial para la consolidación de calles— desde una obra pública en ejecución y lo ingresaron a una vivienda particular. La Municipalidad instó a los vecinos a asumir un rol activo en el cuidado del espacio público. Porque mientras no se valore lo que es de todos, seguirán ocurriendo hechos como este, que no solo perjudican a una gestión, sino a toda una comunidad que apuesta por vivir mejor.
El robo del ripiado para mejorar las calles en el Barrio “El Once Sur” de la Ciudad de San Javier fue detectado en el marco de un proyecto de mejora urbana con financiamiento compartido entre el municipio y los vecinos, quienes han venido aportando recursos para transformar su entorno y mejorar la calidad de vida barrial. La sustracción no solo detiene el avance de la obra, sino que representa un retroceso en el esfuerzo colectivo por una ciudad más digna.
Desde el Ejecutivo local se emitió un mensaje claro: “Pedimos respeto por los vecinos que están pagando la obra. No se deben dañar ni apropiarse de recursos públicos que están destinados al bienestar de todos.” La expresión revela un llamado a la conciencia ciudadana, pero también una advertencia sobre los límites de la convivencia cuando lo público es visto como ajeno, o peor, como desechable.
El caso fue puesto a disposición de la Justicia para investigar y dar con los responsables. Sin embargo, más allá de las sanciones penales que puedan caber, el episodio deja a la vista un síntoma crónico: la falta de pertenencia y cuidado hacia lo común. Las calles, las plazas, los materiales, los proyectos compartidos… todo eso que une parece seguir siendo blanco fácil del desapego y el oportunismo individual.
