Mientras en la Legislatura de la Provincia de Santa Fe se discute eternamente la Ley de la Educación Sexual Integral (ESI) y en la Nación la Ley de Interrupción Legal del Embarazo (ILE), nuestra sociedad ve como cientos de niñas – madres comienzan un camino de marginalidad social y del despojo de su realización personal. El embarazo en adolescentes tempranas es un problema social de gran relevancia: el sufrimiento psíquico que ocasiona a quien transita la situación; la dificultad para continuar la educación formal; la modificación de las actividades sociales, etc., son algunos de los muchos problemas que esta persona enfrenta. La Costa Santafesina no está libre de esta problemática sino todo lo contrario la sufre y le suma el abuso sexual y pautas culturales de sometimiento. Estado, sociedad y familia deben ser concientes de ello.
La Provincia de Santa Fe y menos aún las zonas menos densamente pobladas como lo es la Costa Santafesina, no cuenta con datos estadísticos actualizados y fidedignos que demuestren claramente la realidad del EMBARAZO en ADOLESCENTES TEMPRANAS, sin embargo la simple observación de la realidad y ver las niñas de los distintos poblados y barrios costeros para constatar esta triste realidad.
Como referencia para graficar la problemática podemos basarnos en los últimos datos disponibles del Ministerio de Salud de Santa Fe, que reflejan parte de la situación, podemos ver que respecto de los embarazos prematuros, el grupo de madres menores a 15 años aportó el 20% de los nacidos vivos con una edad gestacional menor a 36 semanas, seguido por las madres de entre 15 a 19 años (11%) y las de 20 o más años (9%). Los datos muestran que existe una asociación estadística entre edad materna y peso al nacer, donde el peso la probabilidad de bajo peso es mayor en madres adolescentes, tanto tempranas como tardías.
Respecto a la salud del niño, se observa que los nacidos de madres menores de 15 años, presentan mayor incidencia en prematuros y bajo peso. Según estos datos los nacidos vivos de madres representaron el 2% de los nacidos vivos totales y el 12% de nacidos con bajo peso (peso al nacer menor a 2.500 gramos), porcentaje claramente mayor que el aportado por los nacidos con bajo peso de madres de 15 a 19 años (8%) y de 20 o más años es de (7%).
También el riesgo de enfermar y morir como producto del embarazo, parto y postparto, también se concentran mayormente en las madres menores de 15 años en comparación con otros grupos etarios.
Por todo ello resulta prioritario garantizar ante esta situación una oportuna accesibilidad, un adecuado alojamiento y un cuidado integral a estas niñas – madres. Como grupo requiere de intervenciones inmediatas, aprovechando a captarlas al momento del control del embarazo en los efectores públicos de salud o a través de identificar un “evento crucial” (muerte de un menor de un año o muertes maternas). En conclusión, se trata de situaciones cuyo abordaje no deben ser postergado más en el tiempo.
Los legisladores tanto Provincial con la Educación Sexual Integral (ESI) y los Nacionales con la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) no pueden seguir mirando para otro lado, cuando una niña de corta edad está embarazada se debe sospechar que ese embarazo es producto de un abuso y por tanto de una vulneración a sus derechos universales y se debe actuar, a pesar de posiciones mesiánicas y fanátismos religiosos. El rol del Estado, de los adultos y su familia es proteger y velar por el respeto de esos derechos, la sociedad toda demanda respuestas YA.
