Sigue siendo un misterio la desaparición de Benito Sosa de 65 años de edad y de Estela Ríos de 52 el 19 de diciembre de 2017 cuando ambos salieron de pesca en la zona del arroyo Potrero, en la localidad de Arroyo Leyes. Sobre la responsabilidad del hecho hay un solo detenido, Daniel Vasilovsky, quien tiene prisión preventiva. Pero como dicen los viejos pesquisas “Si no hay cuerpo no hay crimen”, y ese es el gran interrogante sobre este caso. Días atrás el Fiscal de homicidios Andrés Marchi solicitó mantener prisión preventivala sobre el único imputado.
El 19 de diciembre de 2017 en la localidad costera de Arroyo Leyes, Benito Sosa y su mujer, Estela Ríos salieron desde el arroyo Potreros, 500 mts a la izquierda del puente de hierro. La pareja salió a las 8 de la mañana a bordo de una canoa, tipo taco espejo blanca con bordes amarillos y motor Tohatsu de 5Hp. A partir de las 10 de la mañana, familiares y vecinos dejaron de tener contacto telefónico con ellos y preocupados por la situación fueron hasta la casa de Sosa y al no tener respuesta, un grupo de vecinos decidió salir a buscarlos por agua. Recorrieron toda la zona durante más de 3 horas sin ningún resultado positivo, luego se hizo la denuncia e intervino prefectura, pero nunca se supo de ellos, sus cuerpos nunca aparecieron.
Según se desprende de las actas de la investigación policial, a un kilómetro sobre margen derecha del arroyo Potreros, en tierra, se hallaron ocultos dos almohadones y baldes con carnada que fueron reconocidos por familiares como de propiedad de Sosa y Ríos. A unos 150 metros se observó una construcción precaria tipo ranchada denominada “El Crespin”, habitada y cuidada por Daniel Vasilosky, quien abandonó la misma alrededor de las 15:30hs de ese mismo día.
Posteriormente con ayuda de perros y personal de la Guardia Rural “Los Pumas” hallaron ocultos debajo de matorrales y a una distancia de 20 metros de la construcción “El Crespin”, un motor de lancha, un tanque de combustible de embarcación y una caja de pesca los cuales son reconocidos por familiares como propiedad del matrimonio desaparecido.
Luego se realizó una requisa en el rancho “El Crespin” y se halló una escopeta marca BOITO de un caño, calibre 16, la cual sería propiedad de Daniel Vasilosky, además se hallaron tres cañas de pesca y una manguera de combustible, elementos estos que son reconocidos por familiares de Sosa y Rios.
Finalmente, Daniel Vasilosky se escapó del lugar y abordó un colectivo de la empresa Río Uruguay con destino a la Provincia de Chaco, pero la PDI lo detuvo en la ciudad de Reconquista.
Al día de la fecha Vasilosky no reconoció ser el autor del crimen, no hay cuerpos y tiene dictado una prisión preventiva, está alojado en una unidad penitenciaria.
Lo último que se conoció, sobre este intrigante caso, es que se decidió la continuidad de la prisión preventiva, así lo resolvió el juez Leandro Lazzarini, por pedido del Fiscal Andrés Marchi luego que el Defensor Público Javier Casco solicitara la libertad por el plazo de tiempo que Vasilosvky lleva detenido.
Marchi solicitó mantener la prisión preventiva y remarcó que cada día que pasa sin que aparezcan los cuerpos de las víctimas cobran más fuerza las evidencias en contra del imputado como autor del hecho atribuido.
Al solicitar la revisión de la prisión preventiva que Vasiloski cumple desde marzo de 2018, el defensor público Javier Casco expresó en la audiencia que “Con el paso del tiempo los riesgos procesales disminuyen”, según precisa la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Además, el defensor insistió que aún no se han encontrado los cuerpos de los desaparecidos, y que por lo tanto la atribución de homicidio que pesa sobre Vasilovsky es “endeble”.
Por último, Casco recordó que ya en el mes de abril, cuando se había revisado la medida cautelar, el juez había mantenido la privación de libertad y había compelido a la Fiscalía a presentar la acusación “en el menor tiempo posible”, cuestión que aún no se ha concretado.
El Fiscal Marchi manifestó que “Se hace hincapié en la búsqueda de los cuerpos porque los elementos en contra de Vasilovsky son contundentes”, y luego se explayó sobre el estado de salud de las víctimas: “Era un matrimonio en absoluta indefensión: con visión disminuida e insulino- dependiente. La falta de los cuerpos sólo acredita la causal de la muerte”.
Finalmente el fiscal remarcó que Vasiloski enterró el motor, hundió la lancha, escondió los remos, se fue a Reconquista cuando dijo que se iba a Córdoba y que está convencido que hizo desaparecer los cuerpos.
