La bajante del río Paraná, que según mediciones de la Prefectura Naval llegó a niveles históricos, afecta al ecosistema natural de la zona de la costa y pone en alerta a los ambientalistas que observan los cambios cada vez que visitan la zona de las islas.
Dicen los conocedores que “Muchísimas lagunas internas de las islas se han secado y los peces que no pudieron salir en su momento murieron. Hay mucho olor a podrido”. Además comentan que las nutrias de la zona, al no poder sumergirse en el agua, son fácilmente cazadas. “La caza furtiva es muy alta y el control que se hace es casi nulo”, afirman y denuncian que en algunas páginas de Facebook se comercializan carpinchos, los cuales no se pueden cazar durante todo el año. “Al tener poca agua, los carpinchos se van a los arroyos y ahí son cazados con facilidad”.
En cuanto a la depredación pesquera, los ambientalistas explican que si la captura de peces “no afloja” quedarán pocas especies para la época de reproducción, que se da con la creciente del río. “Con esta bajante y la pesca excesiva seguramente se van a perder algunas generaciones de peces”, anticipan.
Agregan los vaquéanos que “Se han quemado miles de hectáreas en las islas “, y agregan que “Cuando hay viento, el fuego arrasa con algunos montes que hay en las islas y se pierden especies de árboles. Además, los nidos de las aves se pierden y las iguanas mueren en su guaridas”. “En las zonas donde pasó el fuego el suelo queda arrasado, es tristísimo”, afirman.
Otro aspecto a tener en cuenta es que “El río a este nivel es peligroso para navegar porque hay bancos de arenas que quedan sumergidos con un poco nivel de agua y los podes chocar”, los conocedores del las islas señalan que las caminatas por el agua costera también se vuelven inseguras por irregularidad del suelo” señalan con preocupación.
