Un hombre de 41 años identificado como Antonio Juan Ramón Pereyra fue condenado a 13 años de prisión como autor de delitos contra la integridad sexual de dos hijas de la mujer que era su pareja. Los hechos eran cometidos en las localidades de Cayastá y Campo del Medio y en la Capital Provincial. Así lo dispuso un tribunal pluripersonal integrado por Héctor Gabriel Candioti, Sandra Valenti y Luis Octavio Silva en un juicio de procedimiento abreviado que fue homologado por el tribunal de la ciudad de Santa Fe.
Los fiscales que llevaron adelante la investigación son Mariela Jiménez y Federico Grimberg. Precisaron que “Pereyra perpetró los ilícitos durante nueve años en las localidades de Cayastá y Campo del Medio y en la capital provincial”, y agregaron que “Fue en perjuicio de víctimas que en ese momento eran menores de edad”.
Según indicaron, “Antonio Juan Ramón Pereyra asumió su responsabilidad penal por la autoría de abuso sexual con acceso carnal de menores de 13 años, agravado (por haber sido guardador y aprovechar la situación de convivencia preexistente) en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores calificada (por violencia y por la guarda)”.
Violencia
Jiménez y Grimberg señalaron que “Antonio Juan Ramón Pereyra llevó a cabo su accionar delictivo entre 2005 y 2014 en el marco de la convivencia que mantuvo con las víctimas”. Manifestaron que “Aunque no lograron determinarse fechas precisas, el hombre reconoció haber atentado contra la integridad sexual de las hijas de su expareja en distintos domicilios en los que residieron”.
Los funcionarios del MPA relataron que “El condenado obligó a las menores a realizar actos sexuales bajo amenaza de que si oponían resistencia iba a matar a la madre, a la abuela y a los tíos de las niñas”. En tal sentido, afirmaron que “Los ataques implicaron golpes y sucedieron de forma continua y sistemática”
“Pereyra formaba parte del círculo de confianza de las víctimas y aprovechó la circunstancia para manipular con violencia el ambiente doméstico”, detallaron los fiscales. “Dadas sus características, las agresiones tuvieron entidad suficiente para generar consecuencias negativas en la salud física y psicológica de las personas abusadas”, añadieron.